¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
En efecto la RIEMS, nos indica claramente que tenemos que formar estudiantes para ser competentes, creo que el establecimiento de las competencias disciplinares y genéricas nos proporcionan un amplio contexto de lo que pretende la Reforma Educativa al respecto, entonces debemos identificar y clarificar la percepción de dichas competencias, el alumno debe poseer capacidades, habilidades y destrezas que le permitan formar parte del sector técnico que la sociedad demanda, por otro lado debe contar con las herramientas para incorporarse al nivel superior que demanda estudiantes con capacidades intelectuales de mayor nivel, pero es necesario recordar que el alumno no es el único responsable de esta tarea, recordemos con claridad el perfil del docente del nivel medio superior, sus competencias para reconocer el propósito de cada asignatura, el objetivo, su tarea de planeación de las actividades por medio del trabajo meticuloso de la organización de las secuencias didácticas, la implementación de las actividades que tienen que ver con la fundamentación sociológica (comprensión de las demandas sociales), la fundamentación epistemológica (conceptos y datos), lo psicológico (desarrollo del aprendizaje) así como lo pedagógico (la planeación docente), este conjunto de principios metodológicos y su profundo conocimiento implica que evaluar al alumno, no sólo debe hacer referencia a la memorización, implica la observación de todo lo que esta sucediendo en nuestros estudiantes en su entorno de aprendizaje, debemos ser mediadores entre el alumno y su entorno de aprendizaje, esto no es sencillo y no se puede evaluar con un simple cuestionario o un examen, para lograr el aprendizaje significativo al alumno hay que diagnosticarle conocimientos previos para vincularlo con los nuevos conocimientos y lograr el anclaje, el alumno debe ser el constructor de dicho conocimiento, pero esto no implica que lo haga sólo, es fundamental el trabajo de motivación, la enseñanza de los beneficios del trabajo en equipo, y reconocer que dentro del alumno se están presentando cambios cognitivos y de maduración de cuerpo, esto sin duda no es fácil detectarlo, es necesario vincular los conocimientos del alumno con las necesidades el entorno y llevar por etapas su aprendizaje, tal como lo marcan los tiempos de las secuencias en sus fases de apertura, desarrollo y cierre involucrando la taxonomía que se adapte a los contenidos de las asignaturas y regule las experiencias de aprendizaje para lograr lo que no es nada fácil "La evaluación auténtica, tanto formativa como sumativa", ante todo esto y por lo que observe en las reuniones de academia aún existe una gran cantidad de compañeros que no poseen los conocimientos, la instrumentación y conocimiento de lo pedagógico y en otros casos más, no incorporan competencias con respecto al uso de tecnologías de la información, sin duda la Especialidad nos esta brindando un amplio panorama de conocimientos que nos permitirán llevar a la práctica una mejor aplicación de la instrumentación y planificación docente de las actividades en el aula para aplicar de manera adecuada y graduada el uso de métodos, estrategias y técnicas de enseñanza-aprendizaje acorde a los principios señalados por el constructivismo y no dejando de lado lo que otras teorías educativas han sugerido para situar el conocimiento de nuestros alumnos en las condiciones reales y actuales que vive la educación y las demandas del sector empresarial, es necesario hacer uso de las listas de cotejo, los cuestionarios, el uso de las tecnologías, el trabajo en equipo, el autoaprendizaje con actividades de manera individual, las entrevistas, la observación de lo contextual (es importante señalar en la secuencia didáctica su valor y sus instrumentos), lo procedimental (indicar su valor y los procedimientos concretos de aprendizaje) y lo actitudinal (indicar su valor, así como las actitudes o comportamientos que se observarán), especificando desde el inicio de manera clara y puntual el objetivo, el propósito y las competencias que el alumno debe lograr al finalizar su bachillerato bajo los principios del Marco Curricular Común.