jueves, 11 de diciembre de 2008

Mi confrontación con la docencia

En Febrero del año de 1993, me encontraba en 8avo. semestre de la Licenciatura en Informática, fue cuando una profesora del CETis 53 me invitó a incorporarme como profesor del área de computación en dicho plantel ya que faltaban docentes de esa área. Con muchas dudas sobre si ¿aceptar? o ¿no?, porque mi idea era terminar la carrera e incorporarme al mercado laboral aplicando los conocimientos relacionados a mi carrera de preferencia en el sector privado, me presente a realizar un examen después del cual fui aceptado.
Una vez aceptado, me entreviste con el jefe de servicios docentes, él me informó que empezaba con mi primer grupo a las 7:00 am. del siguiente día con una materia de la cual no tenía programa ni apoyo bibliográfico, fue entonces cuando me invadió el pánico y me hice las siguientes preguntas: ¿qué iba a hacer?, ¿cómo empezaría la clase?, ¿cómo me presentaría?, ¿de qué manera explicaría?, ¿de donde sacaría los apuntes y prácticas?, ¿cómo mantendría la disciplina?, ¿cómo evaluaría?. Cabe mencionar que mi contrato era de 37 horas y tenía programadas 34 horas frente a grupo, con grupos de segundo, cuarto y sexto, lo cual me preocupaba todavía más. La solución más fácil para mí en ese momento fue adoptar la forma de impartir clase de los profesores que tuve y de los cuales me gustaba su forma de enseñar, o mejor dicho de la forma en que a mí se me hacía más fácil aprender algún tema, lo cual a veces me funcionaba y a veces no.
Después de algunos cursos de docencia, cumplí 15 años el febrero pasado trabajando en el mismo plantel, impartiendo los módulos de la carrera de técnico en informática, y ahora pienso que es una tarea con mucha responsabilidad para la cual uno tiene que estar muy bien preparado, tanto en el aspecto técnico de cada especialidad, como en el área pedagógica, pero que al igual que el profesor, el alumno también tiene su parte de responsabilidad ya que es la otra parte para que el proceso enseñanza aprendizaje se lleve a cabo.
Ahora que ya tengo 15 años de docente, esta tarea tiene un significado importante en mi vida, ya que he tenido agradecimiento de varios alumnos que han concluido una carrera universitaria o que han logrado ubicarse en el sector laboral y que de una u otra manera los pocos o muchos conocimientos que adquirieron en el aula o laboratorio conmigo les han servido, o que el consejo que en el momento adecuado se les brindo les permitió ver de diferente manera el problema que en ese momento tenían, además, de que me ha permitido superarme personal, laboral, profesional y económicamente.
Pero así como hay cosas buenas, también las tiene malas, como la falta de equipo adecuado, de instalaciones adecuadas, de bibliografía, de capacitación a profesores, recursos económicos de los alumnos que la carrera requiere para la adquisición de equipo, de software necesario, alumnos que son ubicados en el plantel cuando ellos querían otra opción, alumnos que no les interesa el prepararse y que solo asisten porque los obligan, lo cual a veces me provoca frustración y un desgano al momento de prepara mis temas.

1 comentario:

  1. Hola Arturo:
    Las circunstancias que se dan en relación a cómo nos iniciamos como docentes a veces no las podemos cambiar, porque se trata muchas veces de oportunidades que las ve uno de manera personal, sin pensar (en ese momento) a quienes vamos a afectar. Sin embargo cuando hay una identificación con esta tarea tan noble, pues las cosas serán beneficiadas para nuestros estudiantes y redundará también en satisfacciones para nosotros como decentes.
    Manuela Muñoz

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